Antes de comenzar cualquier actividad turística, había que ponerse a toque con la belleza de Paris.
Las tres, Mariama, Mama y yo nos dimos de baños de María para soltar toda la “impurezas” que uno acumula con el stress, el tiempo, y los malos ratos.
Paso a paso fuimos descubriéndonos las caras, limpiando impurezas, sintiendo nuestra verdadera piel a tacto puro y sedoso de las historias que hay por contar.
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