Siempre es bueno saber donde esta uno parado. Al segundo día de estar en Paris, mi madre hizo un reconocimiento de terreno. Lo primero fue visitar la “mejor” panadería de Paris (esa que esta detrás de mi mama y yo) tal como se lo dijo Alejandra.
Ese mismo día nos fuimos a la marcha del “orgullo gay”, donde mi madre se encontró con todos esos locos que están en el mundo al que pertenecemos. Nos encantan las celebraciones gay!
Mi madre lo mira todo, lo huele todo, lo siente todo. Cada paso es una novedad, y para mí una satisfacción. La vida tiene sus cuestas, y ahora estamos en bajada.
Es reconfortante poder estar tranquila, como competa. La familia hace bien, y los olvidos y perdones por el pasado también. (ustedes me entenderan)
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